jueves, 1 de octubre de 2015

Segundo día de bombardeos rusos en Siria

La aviación rusa bombardeó este jueves en Siria posiciones de Al Qaeda y otros rebeldes islamistas en las provincias de Idleb (noroeste) y Hama (centro), afirmó una fuente de la seguridad siria. “Cuatro aviones de combate rusos atacaron bases de Jaish al Fatah en Jisr al Shughur y en Jabal al Jawiya (en la provincia de Idleb), y también golpearon posiciones de grupos armados, bases y depósitos de armas en Hawash, en la provincia de Hama”, indicó la fuente. Jaish al Fatah (“el ejército de la conquista”, en árabe), agrupa al Frente al Nosra, rama siria de Al Qaeda, y a otros grupos islamistas como Ahrar al Sham. Ayer, la aviación rusa efectuó 20 misiones para destruir ocho objetivos del Estado Islámico, cumpliendo con la estrategia de adelantarse a los “terroristas” y destruir sus posiciones en Siria antes de que vengan a Rusia, afirmó en la víspera el ministerio ruso de Defensa. Hoy, Rusia rechazó las acusaciones occidentales y de la oposición siria de que no bombardeó objetivos del Estado Islámico, en su primer ataque aéreo en territorio sirio ocurrido en la víspera. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, asegura haber dicho a su homólogo estadounidense, John Kerry, “con total honestidad”, que Rusia intervenía, a petición de la presidencia siria, para combatir “exclusivamente al Estado Islámico y los otros grupos terroristas”. Estados Unidos y Rusia se pusieron de acuerdo para reunirse de urgencia después de que los aviones de combate rusos Su-24 y Su-25 comenzaran a operar en el cielo sirio. El objetivo de la reunión es concretar un mínimo de coordinación y de diálogo para evitar incidentes entre aviones de caza en un cielo sirio casi embotellado. En el espacio aéreo sirio incursionan la aviación de los países de la coalición dirigida por Estados Unidos, los aparatos sirios y, ahora, los aviones de ataque rusos, desplegados desde septiembre en una base construida en el aeropuerto de Latakia, bastión del presidente Bashar al Asad en el noroeste de Siria. Al término de su tercera entrevista en pocos días con Kerry en Nueva York, Lavrov desestimó las dudas y acusaciones del Pentágono, de la diplomacia francesa y del jefe de la oposición siria en el exilio, Jaled Joja, que afirmaron que los aviones rusos no habían atacado a los yihadistas del Estado Islámico. “Los rumores de que el blanco de estos ataques no era el EI carecen de todo fundamento”, declaró Lavrov, que añadió que no tenía “ninguna información” sobre posibles víctimas civiles. La aviación rusa “se esfuerza en proceder a bombardeos precisos”, agregó Lavrov.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Capturan en México a hombre que duró 24 años fugitivo

Un hombre sospechoso de secuestrar y torturar a dos mujeres en el estado de Oregon, Estados Unidos, fue arrestado en México en la madrugada de este martes. Hasta ahí, una noticia policial que podría pasar como cualquier otra. Lo curioso es que Paul Erven Jackson, el nombre del sospechoso, había pasado los últimos 24 años huyendo de la justicia estadounidense. Jackson fue arrestado por las autoridades de migración en un hotel de la ciudad mexicana de Guadalajara, donde se había mudado con una nueva identidad. Y aunque había evadido el cerco policial durante las últimas dos décadas y media, fue después de que la cadena de noticias CNN publicara un reportaje, titulado "La cacería", que alguien dio pistas que condujeron a su captura. Dos hermanos De acuerdo al reporte de la policía, Jackson y su hermano secuestraron y abusaron de dos mujeres a finales de los años 80. Ese mismo año ambos fueron arrestados, pero 12 meses después desaparecieron sin dejar rastro cuando se les dio un permiso especial para visitar a su madre fuera de la prisión. Su hermano Robert se entregó a la policía en 2006 y fue sentenciado a 108 años de prisión por secuestro, violación, sodomía y abuso sexual. Mientras tanto Jackson aparecía en los medios con el rótulo del hombre "más buscado en Estados Unidos", hasta su captura esta semana. Ahora espera en una prisión de Los Ángeles la acusación formal por parte de la Justicia de su país. "Siempre lo perseguimos con todos los recursos que teníamos, así que estamos bastante felices de haber logrado su captura", dijo el subjefe del comisario de Estados Unidos, Eric Wahlstrom. Lo único que se sabe hasta ahora de su vida en México es que vivía bajo el nombre de Paul Bennet Hamilton. Las acusaciones sobre Jackson indican que en 1988, cuando tenía 20 años, secuestró a una mujer y la llevo a la casa de su hermano en la ciudad de Portland. La mujer testificó tiempo después de sufrió abusos durante una semana entera. Acusó a los dos hermanos de encadenarla a una cama y tratarla como una esclava sexual. Dos años después, los hermanos volvieron a atacar. Pero la segunda víctima, una menor de 17 de años, escapó de su cautiverio y logró avisar a las autoridades.

Rusia comienza su ofensiva aérea sobre Siria cerca de Homs

Estados Unidos tiene indicios de que Rusia ha comenzado ya a llevar a cabo bombardeos aéreos en Siria, ha revelado este miércoles un alto cargo estadounidense a Reuters, que ha precisado que Moscú avisó por adelantado a Washington de que pretendía realizar bombardeos. Según esta fuente, los bombardeos estarían teniendo lugar en los alrededores de la ciudad de Homs, en el oeste del país. Precisamente, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha informado este miércoles de que al menos 27 personas han muerto, entre ellas seis niños, en bombardeos de la aviación siria en la provincia de Homs. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha recibido este miércoles luz verde del Senado para el envío de las fuerzas aéreas rusas a Siria para llevar a cabo bombardeos contra Estado Islámico. Según ha aclarado el Kremlin y ha confirmado Damasco, el apoyo se realizará a petición expresa del presidente sirio, Bashar Al Assad

Así estafan a extranjeros en el paraíso

Los mares brillantes y cálidas playas de Phuket en Tailandia son un imán para los turistas que buscan sol y, cada vez más, para extranjeros que buscan una jubilación cómoda y rentable. Más de 100.000 extranjeros se han asentado en la isla -aunque algunos ahora se arrepienten. El británico Ian Rance y el irlandés Colin Vard lo perdieron prácticamente todo y ahora viven con sus hijos en las afueras de Bangkok, luchando por mantener viva la pequeña probabilidad de recuperar las propiedades que compraron en Phuket. Ambos perdieron todas sus inversiones a través de fraudes que ninguno de ellos imaginaba eran posibles. "Yo había acumulado mi dinero en Inglaterra y tenía suficiente para jubilarme, pensé. Estaba buscando un lugar que fuera cálido, un lugar que tenía un poco de estado de derecho, en el que podía vivir en la seguridad y la paz", dice Rance, quien llegó a Phuket en 2000. En 2001 conoció y se casó con una mujer tailandesa llamada Suda, con la que tuvo tres hijos. El primer ministro de la época, Thaksin Shinawatra, había comenzado un programa llamado "Tailandia Elite", a través del cual esperaba atraer extranjeros ricos al permitirles tener pequeñas cantidades de tierra, algo que normalmente no era permitido por la legislación tailandesa. Animado por esto, Rance comenzó a invertir en propiedad, comprando dos casas, y, finalmente, un restaurante y dos terrenos adicionales. Pero el esquema de Tailandia Elite nunca despegó, así que al final hizo lo mismo que miles de otros extranjeros: puso las propiedades a nombre de su esposa y de una empresa que había fundado anteriormente para llevar a cabo su negocio de consultoría. Lea más sobre la estafa a extranjeros en Tailandia

Los desertores estadounidenses que se convirtieron en estrellas de cine en Corea del Norte

El paralelo 38, que parte en dos la península coreana, es uno de los sitios más fortificados de la Tierra. En los años 60, en el momento más álgido de la Guerra Fría, y con apenas una década de haber terminado la guerra de Corea, esta región era considerada como la línea de guerra ideológica del conflicto entre el comunismo y el capitalismo. Irónicamente se llamó Zona Desmilitarizada (ZDC), pero era todo menos eso, con minas esparcidas por toda la línea divisoria y constantes cruces de fuego. Fue en enero de 1965, cuando la tensión entre el Norte y el Sur no podía estar peor, que el soldado Charles Robert Jenkins, de Carolina del Norte, abandonó su patrulla. Tomó un rifle M14 y empezó a cruzar la ZDC. Alimentado por el miedo de ser enviado a la guerra de Vietnam y creyendo que si desertaba en el Norte lo deportarían inmediatamente a Estados Unidos, Jenkins empezó un peligroso viaje que cambiaría su vida para siempre. Una vez hecho el cruce, fue arrestado por las autoridades de Corea del Norte, donde permaneció semiprisionero durante los próximos 39 años. Otros tres soldados estadounidenses habían hecho lo mismo unos años antes. Jenkins se unió a ellos en una sencilla habitación donde estaría constantemente vigilado bajo sospecha por las autoridades. Combatiendo el tedio La vida que Jenkins, James Joseph Dresnok, Larry Abshier y Parrish llevaron en la República Popular Democrática de Corea (RPDC) fue a veces peligrosa, pero la mayoría del tiempo fue más bien tediosa, gobernada por el imperativo de tener que ajustarse a un país cerrado al mundo y que muy pocos extranjeros han experimentado.
El aburrimiento y la desesperación hizo que estos estadounidenses tomaran arriesgadas decisiones para "divertirse". "Robábamos propiedades del gobierno o hacíamos excursiones temerarias en las que nos colgábamos de pequeñas cornisas de los bordes de los cañones", recuerda Jenkins en sus memorias "El comunista reacio", publicada en 2009, donde cuenta su experiencia en Corea del Norte. "En muchas maneras sentíamos que ya estábamos muertos". Como el resto de los ciudadanos norcoreanos, a los estadounidenses le asignaron un "líder" que dirigía sesiones periódicas de autocrítica que los supervisaba. "Estos crueles bastardos nos odiaban tanto que se negaban a tratarnos como humanos y disfrutaban haciendo de nuestras vidas un infierno", describe Jenkins en su libro. Las palizas y torturas psicológicas eran una actividad usual, pero siempre estuvieron bien alimentados, pues necesitaban lucir bien, en forma, sanos y felices en una buena cantidad de panfletos que aparecían al sur de la frontera. El puente ferrocarrilero de la "Puerta de la Libertad" une a Corea del Sur con la Zona Desmilitarizada, un cruce peligroso que se ha convertido en una reserva natural.Pero a pesar de que se exponían a interrogatorios y eran odiados por la gente de Corea del Norte, el aspecto más extraño de sus vidas fue cómo todos se convirtieron en estrellas de cine de ese país. Extraños en una tierra extraña Para sus fines propagandísticos, el gobierno de Kim Il-Sung primero usó a James Joseph Dresnok, quien había desertado en mayo de 1962. Utilizó su voz para que se dirigiera a los soldados estadounidenses del otro lado de la ZDC describiendo una tierra utópica donde con tan solo cruzar la frontera podrían llevar una vida de gloria. Como todos los gobiernos comunistas, en Corea del Norte estaban conscientes del poder del cine como una herramienta propagandística. En los años 70 el futuro líder de Corea del Norte Kim Jong-il ya manifestaba un especial interés por el séptimo arte.
© BBC Mundo El puente ferrocarrilero de la "Puerta de la Libertad" une a Corea del Sur con la Zona Desmilitarizada, un cruce peligroso que se ha convertido en una reserva natural. Kim Jong-il envió a directores al extranjero para que estudiaran el arte de la cinematografía, escribió un libro sobre la importancia del cine en la lucha revolucionaria y produjo algunas de las películas propagandísticas más importantes de la época. Él fue crucial en la producción del clásico de todos los tiempos del cine norcoreano: The Flower Girl. Filmada en 1972, y supuestamente basada en una historia escrita por Kim Il-sung, esta película es una visión melancólica de los malvados terratenientes de la época anterior a que Corea del Norte fuera "liberada" por las fuerzas comunistas. En 1978 empezaron los trabajos de producción para lo que sería una película épica de 20 entregas llamada "Héroes anónimos", que mostraba una visión fuertemente parcializada sobre la guerra de Corea. Debido a que no había mucha abundancia de actores con fisonomías occidentales, los cuatro desertores debían actuar en una serie de películas encarnando a personajes malvados del llamado mundo occidental. Jenkins interpretó al doctor Kelton, un capitalista y promotor de guerra cuyo objetivo en la vida era mantener el conflicto para beneficiar a la industria armamentística estadounidense. A fin de darle un efecto pantomímico de villano, le afeitaron la parte superior de su cabeza y lo llenaron de maquillaje. Dresnok hizo de Arthur, un comandante brutal de los campos de prisioneros de guerra. Larry Abshier era Carl, el subordinado de los dos malvados estadounidenses, y Parrish era Lewis, un oficial de Irlanda del Norte que detestaba la ocupación británica en su país.
El papel de Parrish fue el mejor: su personaje termina desertando de los británicos para unirse a la causa norcoreana, lo que significó que la gente de Pionyang lo tratara como un verdadero héroe comunista. La vida de un actor La mayor ironía de este arreglo es que los cuatro soldados estadounidenses, quienes ni siquiera habían terminado la escuela secundaria, pasaron de ser denigrados a estar presentes en la mayoría de las salas de cines del país. "Después de la primera película, si caminaba por la calle alguien gritaba emocionado y feliz ‘¡Kelton Bac-Sa (doctor Kelton)!’ e incluso había quienes me pedían un autógrafo", cuenta Jenkins. A partir de entonces y hasta que permaneció en ese país, Jenkins fue llamado a participar en un buen número de películas. Dresnok se convirtió en un incondicional del mundo cinematográfico. La obligación de los desertores no quedaba en aparecer en las películas del régimen: también tenían que saciar la adicción al cine de Kim Jong-il, conocido por tener una gran archivo de películas estadounidenses en un tiempo que que nadie podía verlas en su país. A los cuatro estadounidenses les tocaba transcribir secciones de los diálogos que serían traducidas para subtitular las películas de su colección privada. Normalmente dividían estos diálogos en secciones para que los desertores no pudiera discernir el contexto o incluso el título del film. Jenkins recuerda haber escuchado parte de Mary Poppins sin tener idea de qué se trataba. Dresnok, Jenkins, Parrish y Abshier tuvieron distintos destinos. En 1983 Abshier murió a los 40 años de un infarto en Pyonyang, mientras que en los años 90 Parrish falleció como resultado de un fallo renal. Jenkins se casó con una mujer japonesa quien había sido secuestrada para enseñar japonés a los espías norcoreanos. En 2004 la pareja pudo viajar a Japón tras un acuerdo que permitió que muchos japoneses secuestrados regresaran a su país. Fue entonces cuando Jenkins fue degradado con deshonra del ejército estadounidense. Por su parte, James Joseph Dresnok continúa viviendo con su familia en Corea del Norte y ha expresado que no tiene ninguna intención de regresar a Estados Unidos. En el documental Crossing the Line ("Cruzando la línea") Dresnok dice sentirse en casa. "En realidad siento que este es mi hogar y no lo cambiaría por nada".

La policía de Río altera la escena de un crimen para encubrir un asesinato

La muerte de Eduardo Felipe Santos Victor (17 años) en la favela Providência de Río de Janeiro podría haber sido una más en un Estado donde, hasta junio de este año, la policía mató de media casi a dos personas al día. La versión oficial siguió la narrativa cotidiana de las favelas –"Narcotraficante muere al enfrentar a tiros la llegada de la policía"–, pero dos vídeos grabados por los vecinos, donde se registran los pasos de los agentes al adulterar la escena del crimen, cuestionan el relato oficial, que afirma que hubo un tiroteo y que miembros de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), en teoría formada por policías comunitarios, hallaron junto al adolescente un radiotransmissor, municiones y una pistola. En las imágenes, grabadas la mañana de este martes, un joven con la camiseta bañada en sangre fallece en el suelo rodeado de tres policías armados con fusiles y vestidos con chalecos antibalas. Aparece en la escena un cuarto agente que dispara al aire y entrega el arma que dejan junto al cuerpo del chico. Otro policía agarra una pistola, la limpia concienzudamente y se agacha para colocarla entre los dedos inertes del joven. Dispara. Dos veces. Se levanta y se queda, junto a los otros, contemplando el cadáver. Se da cuenta de que tiene la mano manchada de sangre y se la limpia contra la pared. Se corta la imagen.

La profecía de la emigración planetaria

Stephen Hawking pronunció en este periódico una frase sencilla, evidente y aterradora: “La supervivencia de la raza humana dependerá de su capacidad para encontrar nuevos hogares en otros lugares del universo, pues el riesgo de que un desastre destruya la Tierra es cada vez mayor”. Es evidente porque el planeta tiene una capacidad limitada de recursos (alimentos, energía) y no está claro que la rentabilidad tecnológica vaya a progresar con más velocidad que la lógica malthusiana. El economista Kenneth Boulding acuñó el término “nave espacial Tierra” para explicar el carácter restringido del recinto en el que vive la especie. Es sencilla porque expone al mismo tiempo el problema y la solución —el universo es una fuente inagotable de energía, metales y minerales, como saben los astrofísicos y los aficionados a la ciencia ficción—; y es aterradora porque sitúa a los habitantes del planeta ante el vértigo de un destino lejano, pero inapelable. En Interstellar, la última y ninguneada película de Christopher Nolan, aparecía esta idea resumida desde el póster: “La humanidad nació en la Tierra, pero no está destinada a morir en ella”. El mensaje, similar al de Hawking, estaba hilvanado con un argumento verosímil: la población mundial languidece en una lenta extinción, asfixiada por gigantescas tormentas de polvo y una maligna degradación de la producción agrícola. La solución está en migrar a otros planetas similares y lejanos. La ideología del filme, no obstante, es esquinada y peligrosa. Al declarar que la esencia de la naturaleza humana es conquistadora y expansiva, Interstellar exime al hombre, por mor del imperativo biológico, de su responsabilidad con el planeta y dibuja un futuro depredador: habitar un planeta, explotarlo hasta la extenuación y ocupar el siguiente. Un grupo de físicos, astrofísicos y literatos especuló, ya desde mediados de los sesenta, con la idea del universo como un espacio que puede ser colonizado y explotado. Carl Sagan, Fred Hoyle, Freeman Dyson y Arthur C. Clarke aplicaron su fértil imaginación (The Sentinel, matriz de 2001, A Space Odissey, nació de una de esas tormentas de ideas) para diseñar una economía interplanetaria en la que es posible generar atmósfera en Marte para que sea habitable, terraformar mediante ingeniería planetas y planetoides o explotar los recursos del sistema solar. La tecnología nos hará mercaderes del espacio. Hawking hoy, como antes Sagan o Clarke, columbran un futuro muy lejano, pero para ellos ineluctable y despiadado. Ahora bien, a corto plazo la explotación del espacio inmediato es inalcanzable para la economía global. No hay cálculos exactos, pero un flujo rentable de viajes espaciales requiere aumentos del PIB mundial superiores al menos en un 20% al actual; convertir ese flujo en intercambio económico exigiría una acumulación de capital muy superior a ese 20% añadido. La guerra de las galaxias será un conflicto de recalificación de terrenos en Marte, de buscadores de metales contra colonias agrícolas en Io o de paneles solares frente a extracción de gas en Mercurio; o sea, de acumulación y rentabilidad del capital. No sabemos otra cosa.