martes, 1 de diciembre de 2015

Sexo, mentiras y espías

El escandaloso embrollo en las finanzas del Estado vaticano podría ser monumental. El sacerdote español Ángel Vallejo, ex responsable de la investigación de las cuentas, actualmente detenido en la Gendarmería, solo habría filtrado a la prensa los documentos secretos menos comprometedores. Siguen sin aclararse los asaltos a las cajas fuertes del Vaticano y al domicilio de Vallejo sin que los ladrones robaran nada. El papa Francisco acelera la reforma financiera con pulso firme.
El sacerdote español Ángel Vallejo, a quien el papa Francisco encargó la investigación de las cuentas de la administración general de la Santa Sede, ha optado por contar su verdad al Tribunal del Vaticano que le acusa de robo y divulgación de secretos de Estado. Lo ha hecho en una memoria escrita en la que se autoinculpa de la entrega de documentación reservada, hace algunos meses, a los periodistas italianos Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, ahora también procesados, autores de Via Crucis y Avaricia respectivamente. Los dos libros son ya los más vendidos en Italia este año. Sin embargo, Vallejo explica en su texto que les facilitó los informes “menos peligrosos y dañinos o de escaso valor”. De ser cierto, solo se habría publicado la punta de iceberg del monumental embrollo financiero de los últimos años dentro de las murallas leoninas de la pequeña ciudad-estado.
Vallejo admite también que su asistente desde el 2013 en la Prefectura de Asuntos Económicos, Francesca Chaouqui fue su amante. Agrega que así fue como descubrió su doble juego como agente de los servicios de inteligencia a las órdenes directas del embajador Gianpiero Massolo, director general del DIS, el Departamento de Información para la Seguridad de la República italiana. Por su parte, Chaouqui ha declarado al diario La Repubblica de Roma que su antiguo amante “es un farsante y un acojonado al que no le gustan las mujeres”. Ha advertido “que lo desnudará hasta dejarlo en calzoncillos” y que se querellará contra los abogados que han filtrado a la prensa el sumario secreto del proceso en el Tribunal del Vaticano.
De momento, no se han descubierto quienes reventaron al menos 5 cajas fuertes y armarios blindados del Vaticano para apoderarse de documentación reservada. Ni los ladrones que penetraron en el domicilio de Vallejo, cuando éste estaba de viaje en septiembre, y no se llevaron nada.
El ‘monseñor’ y la ‘señora’ se acusan mutuamente con brutalidad
Mientras Ángel Vallejo sigue en prisión preventiva en una de las dos celdas de la Gendarmería vaticana, Francesca Chaouqui ha evitado su detención porque está embarazada. Su marido, empleado de la Radiotelevisión italiana (RAI) y empresario, habría sido consultor de la Prefectura para Asuntos Económicos con acceso al segundo nivel en el sistema informático del Vaticano. Buena parte del contenido de los libros de Nuzzi y Fittipaldi reproducen documentación del tercer de los cuatro grados se seguridad. Según Vallejo, la asistente le explicó que “su matrimonio era solo un cobertura” porque eran“agentes de los servicios de inteligencia” y le envió incluso “una fotografía del marido con otra mujer, su verdadera esposa”.
El ‘monseñor’ reconoce que se acostó con la ‘señora’. “Para mí es muy doloroso –prosigue en la memoria. Me avergüenzo. Cuando tramitaba documentos pensaba en el escándalo, si se conociera. Yo no debía haber cedido. Tenía siempre al papa ante mis ojos que hablaba de cuánto son sagradas las mujeres casadas y el matrimonio”. Afirma que tras mantener relaciones sexuales intentó alejarse de la mujer. “Tenía miedo –escribe. “Ella era violenta, maliciosa, me decía que yo era un gusano, triste, un acojonado… Busqué la asistencia de una psicóloga que me recomendó que tuviera calma, que no le dijera ‘no’ de inmediato. Por ello le decía ‘ya veremos…”

Restos de Neruda esperan por financiamiento para ser examinados

image/jpegLos restos del poeta y Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, podrían ser examinados en Europa por un laboratorio que se encuentra en la espera de respuesta del Gobierno de Chile, con miras al financiamiento de la operación.
Luego de que a inicios de noviembre una nota del Ministerio del Interior chileno afirmara que “resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros en la muerte de Pablo Neruda”, un grupo de admiradores se encuentra impaciente para que se esclarezca la verdad de lo ocurrido.  El Dato
Los días 26 y 27 de diciembre, una enorme figura del poeta - de 22 metros de largo y 4 metros de alto -, acompañada por una paloma gigante, un mascarón de proa, libros, caracolas y mariposas, se verá por las calles.

La actividad, que es organizada por la compañía La Patogallina, mezclará música, teatro y poesía a través de 15 estaciones que recuerdan los grandes hitos de la vida y obra del Nobel de Literatura.
El evento forma parte del proyecto “Neruda viene volando”, anunciado por el ministro de Cultura de Chile, Ernesto Ottone.

“La comparsa estará formada por más de 600  voluntarios, de organizaciones sociales y culturales, que ya están elaborando los miles de elementos que darán vida a este monumental pasacalle”, informaron los organizadores, citados por Terra.


Así es como Einstein educó a su hijo

El 31 de diciembre de 1999, la revista Time escogió al personaje del siglo XX. El rostro que aparecía en la portada no era el de un deportista, ni el de un actor o estrella del rock, ni un líder pacifista tras dos guerras mundiales; pertenecía a un sabio. La persona más importante fue Albert Einstein.
La educación es lo que queda cuando uno olvida todo lo que aprendió en la escuela” Albert Einstein.  
La influencia del científico (1879 – 1955) va más allá de su célebre teoría de la relatividad, que cumple cien años. Alguien que acumuló tanta ciencia debió de decir muchas cosas en el campo del aprendizaje, y las dijo. Pasó buena parte de sus días contando su pasión por aprender en ensayos, cartas y conferencias, que dejaron un goteo de citas inspiradoras entre las que hemos buceado para aprender a aprender. Algo nada desdeñable, dado queel aprendizaje es imperecedero. “El estudio y, en general, la búsqueda de la verdad y la belleza, conforman un área donde podemos seguir siendo niños toda la vida”, reflexionó en uno de sus textos recogidos por Helen Dukas y Banesh Hoffmann en The Human Side. New Glimpses from his Archives (Princeton University Press, 1979).
Un planteamiento que salpica con frecuencia sus escritos es el rechazo del aprendizaje como imposición. Einstein estudió siete años en el colegio Luitpold Gymnasium de Múnich, donde se aplicaba el memorismo, basado en repetir hasta retener. Frustrado, lo abandonó antes de acabar. “La enseñanza”, escribiría años después, “debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación”, escribió en Mi visión del mundo(Tusquets, 1949). 

Toca lo que te guste

Fallos en la educación

El aprendizaje mecánico, en opinión de Einstein, crea autómatas y aborta el talento individual.
1. Crea sumisos: “Utiliza como fundamento el temor, la fuerza y la autoridad. Este tratamiento destruye los sentimientos sólidos, la sinceridad y la confianza del alumno en sí mismo. Crea un ser sumiso”.
2. Fomenta la fuerza: “No despierta la productividad porque no hacen surgir los poderes psicológicos del alumno, ya que para la institución es más fácil utilizar la fuerza y despertar la ambición individual”.
3. No es fecunda: “La escuela debe estimular la inclinación del niño por el juego y el deseo infantil de reconocimiento. Guiar al niño hacia dominios que sean beneficiosos para la sociedad. La educación se fundaría así en una actividad fecunda y de reconocimiento (...) y el maestro sería una especie de artista en su actividad”.  En Notas autobiográficas (Alianza, 1949) describe el conflicto entre su método selectivo y las exigencias académicas: “Aprendí muy pronto a entresacar aquello que podía conducir a la entraña, prescindiendo de la multitud de cosas que atiborran la mente y la desvían de lo esencial. La pega era que para los exámenes había que embutirse todo ese material en la cabeza, quisieras o no (…). Es un grave error creer que la ilusión de mirar y buscar puede fomentarse a golpe de coacción y sentido del deber. Pienso que incluso a un animal de presa sano se le podría privar de su voracidad si se le obliga continuamente a comer cuando no tiene hambre”. Con ese resquemor, aconsejó a su hijo que tratara de encontrar placer en el aprendizaje, por encima de la rigidez del sistema. “Toca al piano principalmente lo que te guste, aunque la profesora no te lo asigne. Es la mejor manera de aprender, cuando estás haciendo algo con tal disfrute que no te das cuenta de que el tiempo pasa”, de la carta a su hijo Tete, recogida en Posterity: Letters of great americans to their children, de Dorie McCullough Dawson, 2008.  Para alcanzar la excelencia, anteponía la práctica a la teoría: “Las grandes personalidades no se forman con lo que se oye o se dice, sino mediante el trabajo y la actividad. Por consiguiente, el mejor método de educación ha sido siempre aquel en que se urge al discípulo a la realización de tareas concretas. Esto se aplica tanto a los primeros intentos de escribir del niño como a una tesis universitaria (...), a interpretar o traducir un texto, a resolver un problema de matemáticas o a la práctica de un deporte”, escribe en Mis creencias (1939). Precisamente usó el deporte como analogía para explicar la diferencia entre aprendizaje y educación: “Si un hombre joven ha entrenado sus músculos y su resistencia física haciendo gimnasia y caminando, más tarde estará preparado para cualquier trabajo físico. Esto es análogo a la mente (…). No estaba equivocado aquel que dijo: ‘La educación es lo que queda cuando uno ha olvidado todo lo que aprendió en la escuela”, en Sobre la educación, 1936.  Einstein abogaba por una enseñanza que favoreciese la individualidad como aporte a la colectividad. “Deberían cultivarse en los individuos cualidades para el bien común. Esto no significa que (...) se convierta en simple instrumento de la comunidad, como una abeja (...). El objetivo ha de ser formar individuos que actúen con independencia y que consideren su interés vital el servicio a la comunidad” (Mis creencias).
Sin embargo, ¿qué gana uno cultivándose para servir a los demás? ¿Fama, dinero…? En el mismo libro dice: “Tenemos que prevenirnos contra quienes predican a los jóvenes el éxito como objetivo de la vida. (…) El valor de un hombre debería juzgarse en función de lo que da y no de lo que recibe. La tarea decisiva de la enseñanza es despertar estas fuerzas psicológicas en el joven”. Predicó con el ejemplo.

El Rambo iraquí contra el 'bulldozer' del Estado Islámico

MIlicianos. / EL MUNDOUna bestia corpulenta, armada hasta las trancas y de poblada barba negra. Despiadado en el campo de batalla y motivo de orgullo para sus maltratados compatriotas, necesitados de grandes dosis de autoestima. Así es el Rambo de Bagdad, una mole que la propaganda manufacturada en el Irak chií ha transfigurado en superhéroe de la azarosa lucha contra las huestes del autodenominado Estado Islámico. "No sé por qué me llaman así. El nombre por el que se me conoce aquí es Abu Ezrael, el ángel de la muerte. En realidad, me llamo Ayub Saleh", cuenta a Crónica el hombre más admirado de la porción de tierra libre del yugo yihadista. Al otro lado del hilo telefónico su voz suena firme, tan implacable como su puño. "Vivo en Bagdad. He participado", explica, "en las escaramuzas contra el Daesh [acrónimo del IS en árabe] en las provincias de Al Anbar y Saladino".  De sus hazañas en el frente ofrecen detallada información los medios de comunicación locales y las cuentas de Facebook, Twitter e Instagram que ha abierto su legión de seguidores. Su figura musculosa y gigantesca suscita una extraña alegría en un país abierto en canal. "Lo cierto es que no entiendo por qué tengo tanta fama. Alá debe de estar conmigo", murmura Ayub mientras recuerda el anonimato de su vida pretérita. "Era el almuédano [el muecín que convoca a los fieles] de una mezquita de Bagdad. Estudié tecnología y era un funcionario normal y corriente".

Batallas filmadas

Una existencia tranquila que sacrificó en junio de 2014, apenas unos días después de que los adláteres del caudillo del IS, Abu Bakr al-Bagdadi, se hicieran con el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, ante la desbandada nerviosa de policía y ejército. "Escuché la fatua [edicto religioso] del gran ayatolá Ali al-Sistani y me registré para participar en la contienda. Desde entonces he participado en muchas batallas, que he filmado para que queden registradas para la posteridad", narra Ayub Saleh.  El rostro que atemoriza a los yihadistas milita desde aquel verano en las brigadas Imam Ali, una milicia chií integrada en los batallones Hashid Shaabi (movilización popular, en árabe), afines a Irán y claves en los progresos cosechados por el Gobierno iraquí en los últimos meses.
Los soldados de la brigada presumen de ser tan salvajes y crueles como el enemigo que combaten, y las organizaciones internacionales de derechos humanos suelen hallar su firma en los crímenes de guerra perpetrados a modo de revancha sectaria en las poblaciones que recuperan. "Los hombres del IS merecen la máxima del Corán que dice: 'Para todo lo inviolable deberá aplicarse el talión. Y quien se exceda con vosotros, obrad con él en la misma medida'", resuelve Ayub. Él ha aplicado la cita al pie de la letra.
El pasado agosto divulgó un vídeo en el que aparece junto al cadáver de un presunto yihadista colgado boca abajo, en los alrededores de la refinería de Biyi, la mayor instalación petrolífera del país emplazada a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad. En los fotogramas siguientes, alza su espada y corta el cadáver, completamente carbonizado, como si se tratara de porciones de kebab.  "Fueron enviados a la batalla por élites que presumen de su fuerza pero, como ven, han terminado como un shawarma [un tipo de kebab] Éste será el final de todos ellos", proclama Ayub en el vídeo mientras saja la pierna del caído.
"Todo lo que hicimos aquel día fue, después de matarlos, colgar sus cuerpos por las calles para que sirviera de lección. Lo que dicen de nosotros los medios de comunicación es mentira. Aseguran que hacemos eso con todos los suníes que encontramos en nuestro camino, pero no es cierto. Es sólo el castigo al que sometemos a los combatientes del IS", replica ahora el púgil. "No nos gustaba la idea de quemar los cadáveres de nuestros rivales", agrega a continuación, "pero después de ver lo que hacían con nuestros amigos, cómo les prendían fuego, decidimos cobrarnos la vendetta con la misma moneda. ¿Qué otra alternativa teníamos? No íbamos a quedarnos de brazos cruzados después de lo que le hicieron a nuestros camaradas".  No hay en sus palabras la más leve señal de remordimiento. "De momento", advierte, "no decapitamos como ellos hacen. Cuando la gente me pregunta por nuestros métodos, les digo: 'Id al frente y observad las ciudades que han caído bajo el yugo del IS. En su callejero las casas han quedado reducidas a escombros y los negocios han ardido. Ésa es la ley del IS. Arrasar con todo aquello que encuentran a su paso'". Tanto tiempo guerreando contra el adversario le ha permitido a Ayub conocer a quienes se mueven sigilosos en las trincheras ajenas. "Se sorprendería con el arsenal que manejan. Es armamento llegado de Arabia Saudí, Turquía y Estados Unidos. Cuando recuperamos territorios, nos llevamos alguna que otra sorpresa.
La mayoría de los combatientes del Estado Islámico consume drogas. Los cadáveres que hemos localizado no están circundados. Es decir, no son musulmanes y apenas hay árabes entre ellos. Son casi todos extranjeros", cuenta el villano más célebre de las milicias chiíes. Y apostilla: "Hemos hallado heroína entre sus restos. Se colocan antes de ir a la guerra para participar en la batalla privados de toda consciencia".
El gladiador también dispara contra la propaganda del califato, que en no pocas ocasiones ha logrado sembrar el pánico entre sus contrincantes. "Suelen decir con júbilo que han tomado este o aquel pueblo, pero lo cierto es que sólo está en su imaginación. Yo converso con ellos a través de Facebook y soy capaz de detectar sus continuos embustes".  

213.000 seguidores

Bajo su temida fachada, Ayub esconde otra cara más tierna, tamizada también por los estertores de un país abonado a las refriegas. "Estoy casado y tengo cinco niños, cuatro hijas y un varón. Al terminar las escaramuzas vuelvo al hogar. Trato de enseñarles a mis pequeños a tener paciencia a pesar de la situación que atravesamos. Mi esposa sabe que estamos en la yihad [guerra santa] y se lo explica a los hijos". Sobre los escasos instantes familiares de los que goza últimamente también levanta acta en su página de Facebook, con más de 213.000 seguidores. En una de sus últimas entradas, el grandullón aparece sentado sobre una alfombra y rodeado de sus retoños. "Con mis niños durante la cena. Algunos huevos, pan y té. Gracias a Alá", escribe Ayub.
El hombre más admirado y odiado de un Irak roto en mil pedazos se guarda de revelar la cifra de yihadistas a los que les han arrancado la vida. "No puedo decirle un número exacto porque no todos han muerto ante mis ojos", lamenta. "Buena parte de la guerra se libra a golpe de misiles". Aficionado al boxeo, el yudo y la halterofilia, al ángel de la muerte -su nombre de guerra- se lo rifan los políticos y los ministros chiíes, siempre en busca de su fugaz minuto de fama.  Él, sin embargo, rehúsa las repetidas ofertas de casarse con un partido o hacer carrera en los despachos. De momento, prefiere la admiración que despierta entre los más pequeños, seducidos por el eslogan de Ayub que anima a "hacer polvo" al rival. "No me gustan que me llamen el ángel de la muerte fuera de mi pelotón. Me alivia pensar que cuando voy por la calle y los niños me reconocen, me piden que me tome fotografías con ellos. No tienen miedo de mí", dice. "Incluso hay mochilas escolares con mi nombre y mi retrato".

El 'Bulldozer' del IS

Sostiene el Rambo de Bagdad que ni siquiera ha escuchado mencionar su nombre pero en los cuarteles del autoproclamado califato actúa como su "alter ego". El apodado Bulldozer de Faluya (la apisonadora, en inglés) es una mole de 200 kilos que se arrastra por las calles que conquista el llamado Estado Islámico (IS) alimentando su historial de decapitaciones, amputaciones y despiadados crímenes. Pocos datos han trascendido de su biografía.  Nació en Faluya, una ciudad iraquí a 50 kilómetros al oeste de Bagdad y uno de los principales enclaves de la vasta provincia de Al Anbar, un histórico refugio de los yihadistas. En sus confines el frágil Ejército iraquí libra batalla con escaso éxito desde principios de 2014. Un granero perfecto en el que el Bulldozer aprendió el arte de la guerra más feroz. Desde que entrara en escena hace unos meses, el nuevo villano del IS ha propagado el terror entre los habitantes del territorio que la organización yihadista controla a caballo de Siria e Irak.
En la primera imagen difundida de sus fechorías, el gigante aparece asido a un arma de fuego antiaéreo de 52 kilos. Ajeno al peso, el combatiente la empuña sin dificultad. En los siguientes fotogramas, levanta la espada instantes antes de dejarla caer sobre el cuello de un hombre que -arrodillado, en camiseta interior blanca y con los ojos vendados- espera la muerte en una plaza abarrotada de curiosos. En uno de los vídeos que ensalza sus acciones, el matón se retrata entre cadáveres decapitados.
Su creciente fama entre los muyahidines (guerreros santos, en árabe) le ha convertidoincluso en personaje de videojuego. En una pieza divulgada por la maquinaria mediática del Estado Islámico, el Bulldozer encarna a un combatiente que -armado hasta los dientes- se abre paso por las calles de una ciudad occidental liquidando a sangre fría a todo aquel "infiel" con el que se encuentra en su macabra ruta por centros comerciales y edificios públicos.  

Siempre enmascarado

Las alabanzas a su figura casan bien con la estrategia del IS, que, desde que recuperara el hálito al calor de la guerra civil siria, ha tratado de presentarse como una fuerza invencible, "sedienta de sangre" y bendecida por Dios para insuflar pánico entre sus rivales y expandir sus dominios a costa de sucesivas espantadas.
Unas pautas que el Bulldozer secunda sin rechistar y que esbozó en 2004 Abu Musab al-Zarqaui, el entonces líder de Al Qaeda en Irak, germen del actual IS. Uno de sus discípulos, Abu Bakr Naji, reunió ese modus operandi en una obra titulada Gestión del salvajismo, a la que recurre hoy la parroquia del IS para justificar sus crímenes.
"Difundir la brutalidad, una característica de la comunicación del IS, sirve para gratificar a los partidarios locales, atraer a nuevos seguidores en el extranjero y situar al grupo como una entidad capaz de cambiar el statu quo", reconoce el experto Charlie Winter, autor de un reciente informe que analiza el material mediático del grupo. "Documentar las ejecuciones", advierte, "busca intimidar a los adversarios, provocar reacciones irracionales de los medios de comunicación y polarizar las comunidades".  Como sucediera con uno de sus infames predecesores -John el Yihadista, de nacionalidad británica y origen kuwaití, que habría sido alcanzado por un dron estadounidense a mediados de este mes-, la apisonadora de Faluya jamás ha dado la cara. Hasta ahora ha ocultado su rostro bajo un pasamontañas negro y guardado celosamente su verdadera identidad, de la que ni siquiera da cuenta la propaganda del califato.
En realidad, los contados datos del Bulldozer y sus tropelías los conocemos a través de Omar, un chaval sirio de 14 años que cayó en las garras del Estado Islámico mientras luchaba a las órdenes de un batallón del Ejército Sirio Libre en la provincia siria de Deir Ezzor.
Fue hecho prisionero y trasladado a Mosul, bastión del califato en suelo iraquí. Durante un largo mes y medio sufrió un sinfín de torturas en las mazmorras de la organización que dirige Abu Bakr al-Bagdadi. "Me preguntaban: ¿por qué no juras lealtad al Estado Islámico?, ¿por qué no luchas contra los no musulmanes junto a nosotros? Pero son ellos quienes están asesinando a los musulmanes", ha relatado el adolescente en una entrevista emitida por el británico Canal 4.  Uno de aquellos inquisidores, quien le terminaría infligiendo las huellas que luce su cuerpo, fue precisamente el monstruo de Faluya. "Reunieron a mucha gente y me ataron manos y pies. Luego, colocaron mi mano sobre un bloque de madera y la cortaron con un cuchillo de carnicero. Poco después hicieron lo mismo con el pie y los pusieron delante de mis ojos para que pudiera verlos", evoca el chico, todavía convaleciente.

Único superviviente

Omar, que abandonó hace unas semanas su patria y reside actualmente en Turquía, no tiene dudas: fue el Bulldozer quien ejecutó la mutilación que lo mantiene desde entonces postrado en una silla de ruedas y le ha cambiado la existencia. "Cuando salgo de casa", se queja, "no regreso hasta la noche porque hay escaleras. Desde que me cortaron pie y mano, he dejado de vivir. No puedo caminar ni transportar nada".
Como los otros cientos de amputaciones que el IS ha perpetrado y propagado en sus publicaciones y vídeos, la de Omar concitó la atención de numeroso público para alegría del gigante. "Llevaron a niños y adolescentes y les dijeron: 'Este hombre es un infiel y por esa razón le cortamos las extremidades. Todos los que luchan contra nosotros sufrirán el mismo destino'", narra el muchacho, que guarda en su teléfono móvil una fotografía de su verdugo.  Aún envuelto en vendajes, Omar es el único superviviente del Bulldozer que ha escapado a su sable. La víctima que rechazó enrolarse en el IS y que podría desenmascarar a su soldado más sádico.