martes, 25 de agosto de 2015

La extraña historia de los siete hermanos que estuvieron 14 años aislados en un departamento en Nueva York

Durante 14 años los siete hermanos vivieron virtualmente aislados del mundo en un departamento en Nueva York. Nunca asistieron al colegio, su madre los educó en la casa, y su padre -que tenía la única llave de la puerta del departamento- rara vez permitía que los seis varones salieran solos. La hermana y la madre jamás salieron de la casa. Para pasar el tiempo, los seis hermanos Angulo se volcaron al cine, hacia la colección de videos de su padre. Mirando películas una y otra vez, memorizando los diálogos y recreando los personajes de sus cintas favoritas de Hollywood, formaron su visión de un mundo que rara vez habían visto. "Creo que la intención de nuestro padre era protegernos de los peligros y el crimen que él veía en el mundo exterior. Y nunca nos alentaron a comunicarnos con la sociedad", le cuenta Mukunda Angulo a la BBC. "Creyó que podía hacerlo manteniéndonos aislados y apartados de cualquier interacción con el crimen y peligros que estaban ocurriendo en el exterior".
Ahora el mundo ha conocido la increíble historia de los hermanos Angulo gracias a un documental que se estrenó a principios de año: "The Wolfpack", ("Manada de Lobos") dirigido por la estadounidense Crystal Mosselle. Todo empezó en Machu Picchu Los seis hermanos Angulo, cuyas edades van de los 16 a los 24 años son Bhagavan, Govinda y Narayana (que son gemelos), Mukunda, Krsna, Jagadisa, y la hermana mayor, Visnu -que según se ha dicho- sufre un trastorno genético que afecta el desarrollo. Son hijos de Oscar, que nació en Perú, y Susanne. Ambos se conocieron en Machu Picchu cuando Susanne, una hippy estadounidense que viajaba por Sudamérica, se encontró con el peruano guía de turistas en la "Montaña Vieja". En esa época Oscar era seguidor del krishnaismo y por eso todos los hijos tienen nombres sánscritos. La pareja se estableció en el Lower East Side de Manhattan, Nueva York, en un edificio de viviendas de ayuda social. Lo que se desprende del documental es que Oscar, que nunca trabajó "por razones filosóficas", pensaba que el mundo era potencialmente inseguro y prefería que su familia permaneciera aislada dentro del hogar. El único ingreso que recibía la familia era la compensación que la ciudad de Nueva York le daba a Susanne por educar a los niños en la casa. Dos mundos "Nunca salimos en invierno. Ni en otoño. Ni en primavera", le dice Narayana a la BBC. Sólo salían en verano. A veces hubo hasta nueve salidas al año. En otras ocasiones sólo una. Y hubo un año en que no salieron nunca. Pero las salidas siempre eran bajo la estricta supervisión del padre. "Para nosotros existía un mundo en el exterior y otro mundo, el de nuestro departamento", agrega el joven.
El cine, sin embargo, fue la conexión que los mantuvo unidos al mundo. Y los hermanos se entretenían "produciendo" sus propias películas, copiando y memorizando diálogos y creando vestuarios y utilerías improvisadas. "Las películas fueron nuestra ventana al mundo exterior" asegura Mukunda. "Fue una forma de mirar al mundo". "Pero siempre estuvimos conscientes de la diferencia entre la realidad y la ficción". Por ejemplo, "Reservoir Dogs" (Quentin Tarantino, 1992), era una "película perfecta" -dice Mukunda- porque había personajes para todos los hermanos. El documental muestra la versión que hicieron de esta cinta: se les ve vestidos con trajes y corbatas negros, con anteojos de sol y empuñando pistolas hechas de cartón y cinta adhesiva. "Sabemos que (esta película) es puro entretenimiento pero no puedes dejar de pensar que hay gente así (violenta) en el mundo real", afirma Mukunda. "Es decir, las películas nos hicieron conscientes de lo que podía ocurrir en el mundo exterior". Pero Mukunda asegura que en su casa también tenían acceso a los canales de noticieros en TV, "así que también estábamos conscientes de lo que estaba ocurriendo en la vida real y en la actualidad". La norma Cuando la BBC le pregunta a Narayana qué impacto tuvo esta forma de vida en su desarrollo, dice: "Cuando eres niño y estás creciendo, aceptas las cosas como son, aceptas tu vida como la norma". "El mundo dentro de nuestro departamento era la norma. Pero fue cuando llegamos a la adolescencia cuando empezamos a darnos cuenta de nuestra situación", agrega.
Tal como le contó a la BBC Crystal Moselle, la directora de The Wolfpack, llegó un momento en que los jóvenes se rebelaron y decidieron salir de su encierro. Y en una de las primeras excursiones que hicieron solos al exterior conocieron fortuitamente a Crystal Moselle. "Fue pura casualidad", dice la cineasta. "Un día estaba caminando en Manhattan cuando un niño pasó por mi lado corriendo entre la multitud. Trás él corría otro. Y después otro, y otro, y otro". "Me dejé llevar por el instinto y corrí tras ellos". Mukunda y Narayana Image caption Mukunda y Narayana Angulo visitaron los estudios de la BBC. Moselle se acercó a conocerlos. Y durante los siguientes cuatro años se convirtieron en el tema de The Wolfpack. "Lo que me llamó la atención fue lo increíblemente equilibrados que eran, lo inteligentes y bien educados. Me dijeron que todo se lo debían a su madre, que los había educado", dice Moselle. "El día que los conocí Govinda me preguntó: '¿a qué te dedicas?'. Le respondí que era cineasta y me dijo muy serio: '¡Uy! a nosotros nos interesa entrar en la industria del cine'". Moselle agrega: "Crecieron con una determinación en su vida. Así que una vez que salieron al mundo, sabían exactamente lo que querían hacer".

El Clan: la siniestra familia que fascina a Argentina

El apellido Puccio aún despierta pavor en Argentina. Y sin embargo, miles de personas intentan entrar en la intimidad de este clan cada día para conocer los horrores que escondían en su casa. El Clan, del director de cine Pablo Trapero, se ha convertido en todo un fenómeno social en Argentina, superando el millón de espectadores en menos de dos semanas de proyección. Esta película, basada en los hechos de una familia que hace 30 años secuestró y asesinó a varias personas del adinerado barrio de San Isidro, en Buenos Aires, ya ha superado en su estreno a otros éxitos del cine nacional, como Metegol, de Juan José Campanella, o Relatos Salvajes, de Damián Szifron. La cinta narra la vida de la familia Puccio -con el siniestro Arquímedes Puccio a la cabeza- en la que varios miembros fueron condenados por participar en los años 80 en una red de secuestros extorsivos, manteniendo a las víctimas encerradas en la propia casa donde vivían.
Entre los secuestrados había incluso compañeros del equipo de rugby Club Atlético de San Isidro, donde jugaba Alejandro, uno de los hijos de los Puccio, quien ayudó a planear y ejecutar los raptos. "Esta película está en boca de todos en Argentina, un país donde por lo general triunfan -en las notas policiales o en la ficción- las historias truculentas con muertes violentas", explica el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes. "Es difícil conseguir buenas entradas para ver la película y hasta en los exteriores de la casa donde vivió el clan en San Isidro se toman fotografías que luego circulan por redes sociales, como el que visita un lugar turístico", añade. "Percibo en el cine cierto miedo, de película de terror, más que de thriller o drama, por sentir que están espiando en la casa del horror y en la intimidad de una familia que dista mucho de ser como cualquier otra. Creo que parte de eso es lo que más sorprende al público", le dijo el director Pablo Trapero al diario La Nación.
Además de contar con una historia tenebrosa y de haber recibido buenas críticas -y una gran dosis de promoción publicitaria- El Clan tiene en su elenco a dos de las figuras más reconocidas del país. Guillermo Francella, uno de los actores más taquilleros de Argentina, a quien la revista estadounidense Variety define como la mayor estrella del cine nacional junto a Ricardo Darín, da vida a Arquímedes Puccio, exmiembro de los servicios de inteligencia argentinos que lideró la banda de secuestradores. Por su parte, Peter Lanzani, un ídolo de los jóvenes y adolescentes tras su paso por series de éxito en la televisión, interpreta a Alejandro Puccio, el rugbier que fríamente ayudó a capturar a algunos de sus compañeros de equipo, sin despertar la sospecha de sus amigos. Tal es el éxito de la historia que hasta se prepara el lanzamiento de una serie televisiva donde se desarrolla la vida de esta familia, titulada Historia de un Clan. Esta vez, con distintos actores, pero igualmente reconocidos en el país: Alejandro Awada, que interpreta a Arquímedes, Cecilia Roth como la madre de la casa, Epifanía, y "El Chino" Darín (hijo de Ricardo Darín), como Alejandro. El Caso Puccio
Con motivo del estreno de la película, Argentina se ha vuelto a fascinar con todo lo relacionado con esta familia. Cada día aparecen notas sobre el destino de cada uno de los miembros del clan o entrevistas con los familiares de las víctimas de la familia: Ricardo Manoukian, de 23 años, y amigo de Alejandro; Eduardo Aulet, otro jugador de rugby del barrio; Emilio Naum, conocido de Arquímedes que acabó muerto en un forcejeo cuando estaban secuestrándolo; y la empresaria Nélida Bollini, que fue hallada con vida en la casa de los Puccio en la redada que puso fin al clan, en agosto de 1985. El patriarca del clan Puccio, Arquímedes, fue condenado en 1985 a cadena perpetua pero acabó saliendo de prisión 12 años después por un programa de beneficios penitenciarios, y falleció en 2013. Alejandro, también condenado a cadena perpetua, murió en 2008 por una neumonía tras haber protagonizado varios intentos de suicidio. La madre del clan, Epifanía, nunca fue condenada porque no se pudo probar su participación y se cree que vive en algún lugar de Buenos Aires. Del resto de la familia, uno de los hijos, Daniel "Maguila”, que fue arrestado cuando iba a cobrar un rescato pero nunca cumplió su pena, se fue del país y no se sabe con seguridad donde está. El otro varón, Guillermo, se fue de Argentina cuando la familia tenía encerradas a sus víctimas en casa. Y de las dos hijas, Silvia murió en 2011 y Adriana era una adolescente cuando se descubrieron los crímenes de sus familiares. El Clan competirá en septiembre en la sección oficial de Venecia, después de haber superado en su estreno a todas las películas argentinas de éxito y a grandes producciones de Hollywood como la más reciente entrega de Misión Imposible, con Tom Cruise.

El drama de los deportados de Venezuela por el simple hecho de ser colombianos

© EFE COLOMBIA VENEZUELA Casi un millar de colombianos deportados en los últimos tres días de Venezuela a la ciudad fronteriza de Cúcuta denuncian que el único criterio seguido para darles ese trato es su nacionalidad, sin importar su situación legal o sus hijos menores. "Sólo nos dijeron que (nos deportaban) por ser colombianos. Nos decían ¿venezolanos o colombianos?, pues camine", relató hoy a Efe Rocío Angarita sobre su expulsión del país en el que ha vivido los últimos trece años. En su caso, como en el de muchos otros, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se presentó en su casa a medianoche y les obligó a salir a empellones de la ciudad de San Antonio, situada en el fronterizo estado de Táchira. En esa región venezolana, el presidente Nicolás Maduro decretó el estado de excepción hace tres días y desde entonces han sido deportados 751 colombianos, de los cuales 139 son menores, según los datos facilitados a primera hora de la mañana por Migración Colombia.