lunes, 3 de agosto de 2015

Sin rivales, Merkel ahora sueña con el poder total

Las cancillerías europeas comenzaron a analizar esta semana el posible impacto que tendría la reelección de Angela Merkel para continuar gobernando Alemania hasta 2021. La dirigente democristiana, que lleva diez años al frente de su país, al parecer ha decidido postularse para un cuarto mandato, según reveló anteayer el semanario Der Spiegel. Merkel, que cumplió 61 años el 17 de julio, habría acelerado ese proyecto en las últimas semanas alentada por una popularidad fuera de lo común: más de 70% de la opinión pública está satisfecha con su gobierno. En un discurso pronunciado en 2014 en Colonia ya había insinuado sus intenciones de volver a presentarse, pero ahora trataría de aprovechar ese extraordinario caudal de simpatía para buscar la mayoría absoluta en el Bundestag (Parlamento) y gobernar sin necesidad de hacer una coalición con el Partido Social Demócrata (PSD). En su primer gobierno, en 2005, se vio obligada a formar una gran coalición con los socialdemócratas; en el segundo, regresó al formato tradicional de una alianza con el Partido Liberal (FDP), y en esta tercera legislatura gobierna de nuevo con el PSD. En su primer gobierno, en 2005, se vio obligada a formar una gran coalición con los socialdemócratas; en el segundo, regresó al formato tradicional de una alianza con el Partido Liberal (FDP), y en esta tercera legislatura gobierna de nuevo con el PSD. Aspirar a la mayoría absoluta es un objetivo particularmente ambicioso, porque una sola vez en la historia moderna del país un partido la obtuvo: el privilegio recayó en 1957 en Konrad Adenauer, el padre de la reconstrucciónde la posguerra. A pesar de las dificultades, no parece imposible que pueda lograrlo. En este momento los sondeos le atribuyen 42% de intenciones de voto, aunque ese caudal podría subir rápidamente después del anuncio de su candidatura. El PSD, en cambio, sólo obtendría 24% de los votos. Con el pretexto de la reciente crisis de Grecia y de las amenazas que acechan al euro, buscaría incluso anticipar las elecciones inicialmente previstas para septiembre de 2017 a más tardar. La canciller pudo comprobar su enorme popularidad cuando asistió, a fines de julio, al festival wagneriano de Bayreuth, acompañada por su marido, Ulrich Merkel. Ahora aprovecha sus actuales vacaciones en la zona del Tirol, en los Alpes, para reflexionar sobre su estrategia. Luego pasará unos días en la casa de descanso que posee en la zona rural de Uckermark, en las afueras de Berlín, y recién tiene previsto regresar a la capital para asistir a la reunión de gabinete del 12 de agosto. Los preparativos preliminares comenzaron, según Der Spiegel, después de una reunión clave que mantuvo con el secretario general de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Peter Tauber. Por cortesía, por tradición y por razones estratégicas también "consultó" a Horst Seehofer, líder de la Unión Socialcristiana (CSU). Ese partido, que funciona como la rama bávara de la democracia cristiana, es un aliado incondicional de la CDU. Los tres dirigentes acordaron al parecer comenzar a preparar el equipo encargado de pilotear la campaña electoral. Merkel propuso incluso que el cuartel general se instale en la central de la CDU, en lugar de buscar asesores externos, e incluso se está contactando ya a los primeros voluntarios de campaña. El equipo se instalaría probablemente en la Konrad-Adenauer-Haus, el enorme edificio de vidrio y acero ubicado en el número 8 de la Klingelhöferstrasse, donde tiene su sede la CDU. Dentro de la democracia cristiana, Merkel prácticamente no tiene rivales. La única que tiene estatura política como para aspirar a la cancillería es la actual ministra de Defensa, Ursula von der Leyen. Pero si Merkel decide lanzarse para un nuevo período su delfín se verá obligada a esperar cuatro años más. Otro factor que incidiría en la decisión de Merkel es la actual debilidad de los socialdemócratas. El único candidato posible sería el actual ministro de Economía, Sigmar Gabriel, vicecanciller en la coalición. Pero ese dirigente, de 55 años, carece de carisma y es resistido dentro de las filas de su propio partido. La crisis en el PSD es tan grande que, después de la publicación de Der Spiegel, afirmaron que lo mejor para el partido sería no presentar candidato a canciller. Ante ese panorama, las cancillerías europeas comenzaron a estudiar las eventuales repercusiones que podría tener la reelección de Mutti (madre), como la llaman los alemanes.

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Enrique Mercedes
Administrador