El magnate Donald Trump acecha a Hillary en los sondeos

Sorpresa en el mundo político de Estados Unidos: el polémico magnate republicano Donald Trump dejó de ser un inofensivo “payaso” que desparramaba barbaridades racistas y ahora no sólo supera holgadamente a su rival en la interna, Jeb Bush, sino que ya acecha en los sondeos a la mismísima Hillary Clinton, la favorita a ganar las elecciones presidenciales del año próximo. Según un sondeo de CNN revelado ayer, Trump, que lidera el sector republicano por amplio margen, ha reducido rápidamente la diferencia que tenía con Hillary, desde que el millonario anunció que se lanzaba a la Casa Blanca, en junio. El 51 % de los estadounidenses votaría hoy por la ex secretaria de Estado si en las elecciones de noviembre de 2016 se enfrentase a Trump, quien tiene un 45 % de las preferencias. Lo llamativo es que cuando Trump anunció en junio su aspiraración a la candidatura republicana estaba 24 puntos detrás de Hillary y pocos pensaban que tenía opciones reales de competir con ella. Pero a mediados de julio la distancia se recortó a 16 puntos y ahora les separan solo seis. No es la primera vez que Trump se presenta como precandidato. En elecciones pasadas ha removido un poco el avispero político con sus incorrecciones políticas, pero la espuma de su popularidad bajó pronto. Pero esta vez sorprende por su avance firme y casi meteórico. Sus rivales en la interna están preocupados porque deben acomodar la agenda a lo que marca el millonario. A la vez, temen enojarlo y que él se lance por fuera del partido, lo que sería un certificado de defunción para las aspiraciones republicanas. “Está durando más de lo que pensábamos, generalmente con este tipo de candidatos hay una burbuja que al poco tiempo explota”, señala a Clarín Mark Jones, analista político de la Rice University. Jones cita alguna de las razones para que aún siga avanzando: “Mucha gente que no es activa políticamente está prestando atención a la elección presidencial y Trump hoy domina la cobertura del partido republicano en los medios”, señala. Además, “otro factor es que siempre en EE.UU. hay apoyo para candidatos populistas que hacen una campaña contra el establishment de Washington con un mensaje independiente, aunque Trump no lo es porque siempre ha tenido contacto con los políticos”. También, “la gente cree que él es tan rico que no puede ser comprado”, y eso le suma, agregó Jones. Empresario inmobiliario y habitual personaje del mundo del espectáculo, Trump ha avanzado también con sus controvertidas declaraciones en varios frentes. Por ejemplo, no dudó en calificar a los políticos de Washington como “estúpidos”, a las mujeres que no le gustan como “cerdas gordas” y a los inmigrantes mexicanos como “violadores y narcotraficantes”. El fin de semana pasado delineó su propuesta para los “sin papeles”: sin medias tintas, dijo que hay que expulsarlos a todos de Estados Unidos, confiscar las remesas de dinero que ellos envían a sus parientes en los países de origen y prohibir que los hijos nacidos en suelo estadounidense no obtengan la ciudadanía, como hasta ahora. Además, llamó a construir un muro enorme en la frontera y triplicar la seguridad. El gobierno mexicano respondió ayer que “estos comentarios reflejan el prejuicio, racismo o ignorancia plena”. En la campaña de Hillary están preocupados, no solo por el avance de Trump sin porque la candidata ha perdido puntos, en medio de la polémica por el uso de su correo electrónico personal en vez del oficial, cuando era secretaria de Estado.